Ingredientes (para 4-5 personas):
- 350 gr. de calabaza cocida
- 400 gr. aprox de harina blanca sin fuerza ni hostias varias
- 1 huevo
- 5 gr. de sal
Para la salsa:
- 400 ml de nata
- 100 gr. de queso azul
- 100 gr. de gorgonzola
- Trozos de quesos moribundos que tengas por ahí
- 2 nueces de mantequilla (cucharadas colmadas)
Hoy tenemos una receta que aunque tiene algo de trabajo, te permitirá fardar de lo lindo de tus dotes culinarias, y mira que es chorra. Es importante hacerla un día que tengas tiempo y sobre todo un poco de paciencia porque puede ser un poco coñazo, pero si te relaja o tienes hambre como para comerte 23 dinosaurios, esta es tu movida. Nunca he hecho ñoquis y la receta es la resultante de mirar varias recetas en la red y acabar haciendo lo que me salió de los huevos pareció más adecuado. Advierto: esta salsa de quesos se lleva por delante el sabor a calabaza (aunque estaba brutal), así que si podéis hacerlo con otra salsita más suava (una ricotta con tomate fresco y albahaca, por ejemplo), mucho mejor.
Preparación.
Para empezar necesitamos la calabaza cocida. Si no te ha sobrado de otras historias que hayas hecho, puedes hervir la calabaza en olla express durante unos 7-8 minutos desde que la válvula empiece a soplar. Si no tienes olla a presión, no tengo ni idea de lo que se tarda, pero imagino que unas 6 semanas.
Cuando la tengas ya enfriada, vamos a hacer los ñoquis poniéndola triturada o hecha puré en un bol junto con la harina (yo empezaría poniendo unos 300 gr.) y la sal. Hacemos como un volcán en la harina y en el centro colocamos el huevo. Y comenzamos a mezclar.
Vamos trabajando la masa hasta que esta no se pegue en las manos ni tenga una consistencia dura como el granito. Añadimos harina hasta conseguir la textura deseada.
No sé si la masa tiene que reposar o qué, pero yo no la dejé y me puse directo con ella. Cortamos la masa en 4 porciones y cada una de estas en otras 4, para que sea manejable y no te vuelvas loca perdida. Enharinamos la mesa de trabajo y vamos haciendo tiras de masa, rollitos, churretes o como coño queráis llamarle.
Esta es un poco la parte coñazo/entretenida. Una vez tienes las tiras de masa de aprox 1 dedo de grosor (si tienes los dedos como pollas morcillas de Burgos, busca una persona normal para tomar la medida), cortamos los ñoquis con 1’5 cm de longitud aprox.
Ahora los puristas del ñoqui dicen que hay que hacerle unas marcas con el tenedor. Yo estaba ya un poco hasta el gorro de hacer ñoquis y tenía un hambre del copón, así que pasé olímpicamente, pero si no, tienes que aplastar suavemente el ñoqui con los dientes de un tenedor (si tus comensales además tienen la paciencia de esperar).
Conforme los vayas teniendo, los reservamos en un plato con un poco de maicena por encima (o harina mismo) para que no se peguen unos con otros.
Cuando estén listos, vamos a hacer la salsa mientras ponemos el agua a hervir para los ñoquis (cuando arranque a hervir el agua, entonces ponemos una cucharada colmada de sal en ella. Si lo haces antes, tardarás exactamente 4 veces más en que hierva el agua).
Ponemos en un cazo a derretir la mantequilla y cuando se deshaga, incorporamos el queso. Remueve para deshacer y pon la nata. Mezcla bien, prueba de sal y cuidado con el fuego, que sea moderado, como tú.
Cuando el agua de los ñoquis esté hirviendo a tope, tiramos los ñoquis dentro y esperamos unos 2-3 minutos. Para saber exactamente cuando están, hay que sacarlos cuando empiecen a flotar y estarán al dente.
Escurrimos, NO LOS PASAMOS POR AGUA, emplatamos y ponemos la salsa que queramos. Listos para darle al tema.
Queridas, queridos, a más ver.
Música para cocinar:
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