Ingredientes (para 2 personas):
- 6 patatas pequeñitas (tamaño huevo aprox)
- 4 dientes de ajo
- 4 cucharaditas de salsa de tomate
- 2 cucharadas de carne de pimiento choricero
- sal
- 1 chorrito de limón
- 1 huevo
- Pasta picante (harissa, cayena o lo que tengas que pique) al gusto
- aceite de oliva
Barcelona = bravas = uno de cada 1000 intentos sale bien. No se me ocurre otra manera de resumir lo que pasa con esa tapa en esta ciudad. Todo el mundo quiere hacerlas y la mayoría son para llevar una lata de gasolina y prenderse fuego en riguroso directo. Ay la patata, tan subestimada y tan hija de puta complicada de conseguir que esté bien. En todo este abanico de posibilidad de éxito o muerte, está el restaurante Bohemic, que para mi gusto tiene las mejores bravas hoy por hoy en la ciudad. Como no me pagan por publicitarles, solamente diré que desde que las probé por primera vez, me obsesioné con conseguir unas iguales, cosa que es de todo menos fácil. Ayer hice la primera prueba, que no acaban de parecerse del todo, pero hay que reconocer que por lo menos salieron la hostia de dignas. No será la última prueba; aviso.
Preparación.
Lavamos bien las patatas, las ponemos en un plato al microondas y ponemos una tapa de plástico para que se cocinen al vapor. Damos 8 min de micro a máxima potencia.
Mientras, nos ponemos con el alioli suave de ajos confitados. Pelamos los dientes de ajo, fileteamos y ponemos en un cazo donde cubriremos con aceite de oliva virgen. Un par de dedos es suficiente. No sufras por el aceite, porque luego lo usaremos para el alioli. Confitar significa que la temperatura del aceite debe permitirte meter un dedo en él y que no te peles hasta el hueso. Ponemos el fuego al mínimo y tenemos que controlar que el producto no burbujee. Si lo hace, tenemos que bajar la temperatura o ir apartando del fuego. En unos 10-15 min tendremos los ajos perfectos y el aceite infusionado de maravilla. Para los que sois sufridores del ajo, confitándolos pierden bastante mala hostia, así que es una buena idea para suavizar el alioli.


Pasados los 10-15, sacamos los ajos y esperamos a que el aceite enfríe para hacer el alioli. Ponemos un huevo en un vaso batidor, los ajos, sal y la mitad del aceite de confitar. Metemos la batidora hasta el fondo, le damos caña y a los 5 segundos comenzamos a subirla lentamente mientras echamos el resto del aceite al hilo (poco a póquer). Creo que es suficiente alioli para la cantidad que hacemos de papas, pero si queréis más, sólo hay que seguir añadiendo aceite al hilo.
Listo el alioli, vamos con la salsa brava de tomate. Mezclamos el tomate con la carne de pimiento choricero, un poco de sal, una pizca de azúcar y el picante que queráis usar. Le damos un par de vueltas en un cazo para integrar sabores y listos.
Ahora vamos a partir las patatas (las hemos puesto en el micro con piel, collares y todo) en gajos y ponemos bastante aceite a calentar en una sartén. Cuando esté a punto de humear, ponemos las patatas bien secas y cocinamos hasta que se doren. Como antes las hemos cocido, ahora sólo necesitan coger un punto crunchi y tostado por fuera. Vamos friendo por tandas para no bajar mucho la temperatura y que la patata se impregne repugnantemente de aceite. Cuando las tengamos, sacamos a un papel secante para quitar los restos de aceite y espolvoreamos sal.
Y listos. Servimos las patatas con una buena cucharada de alioli y otra de salsa, y a gozar como perras. El resultado es ultra cojonudo, advierto, pero todavía queda camino para llegar a las del Bohemic.

Queridas, queridos, a más ver.
Música para cocinar:
Esta música y esta receta son para ti, Carlos de mi corazón.