Ingredientes (para 2-3 personas):
- 10 zanahorias
- 1 bote de leche de coco (400 ml)
- 1/2 chile rojo fresco
- 400 ml agua
- sal
- 1 cucharada de pasta de curry (curry en polvo si no tienes el otro)
- aceite de oliva
- cilantro fresco
Amigas y amigos de la lorza, del michelín y del muslamen generosos: hoy tenemos una cremita bien rica y saciante que no incrementará mucho más esas curvas lozanas. Cuando estuve en Buenos Aires, fui a cenar a un lugar del barrio de San Telmo donde hacían cenas secretas de comida vegetariana y picante. Si viajáis a Buenos Aires o ya estáis allí, por favor, buscad Jueves a la Mesa y no perdáis la oportunidad de pasar un buen rato además de comer de putérrima madre maravilla. Nunca les pregunté la receta, pero esta es mi versión y creo que más o menos se parece. Es un sabor ultra asiático y encima con un toque muy marchoso de picante. Además, es tan facilona o más que tú.
-«Ander, Ander, a mí el picante me irrita el ojal y la úlcera y no puedo tomar. » Querida, aleja esa pistola de tu sien y simplemente no le pongas picante.
Preparación.
Cortamos el medio chile en rodajas finitas y lo ponemos en una cazuela con un chorrito de aceite cuando esté caliente. Si lo quieres menos picante, retira las pepitas. Si no tienes chile, un par o tres de cayenas.
Pelamos la zanahoria, cortamos en rodajas de medio centrímetro y las añadimos a la cazuela. Ponemos sal y mantenemos fuego medio alto durante unos 5 minutos. Cuando la zanahoria comience a reblandecer, introducimos el curry para que se tueste un poquillo y suelte el aroma. Damos vueltas con el fuego alegre durante 2 minutos y entonces añadimos la leche de coco y la mitad del agua.
Cuando arranque a hervir, bajamos el fuego a casi el mínimo (para que siga hirviendo pero no sea una fiesta) y tapamos la cazuela. Mantenemos 20 minutos.
Pasado el tiempo, trituramos, e incorporamos el resto del agua para ir dejando una textura más ligera. Si te gusta en plan plastorra o sopa, añade más o menos agua.
Para acabar, pica y espolvorea un poco de cilantro fresco cuando vayas a servir. Cuando terminéis de comer, todavía tendréis un gustico riquísimo a la cremita y al picante.

Queridos, queridas, a más ver.
Música para cocinar: