Ingredientes (para dos):
- 1 magret de pato (400 g)
- 1 endivia
- 75 g de zumo de pomelo
- 50 g de zumo de naranja
- 2 cucharadas soperas de miel
- 30 g de mantequilla
- 20 g de mantequilla en dados (para ligar)
- Sal y pimienta
Hoy vamos a seguir con una de las recetas más fáciles que he visto últimamente a Martín Berasategui, pero que veréis que es tan fácil de hacer como espectacular el resultado final. Se llama Magret de pato cubano porque la salsita es una de las claves; así que poneros la música del final y bien bailongos! No estará en la sección de Cocina para Monguers, pero sí que podría estar en Cocina para Infantas y Lobotomizados o a ese nivel más o menos. Al lío.

Preparación.
Empezaremos redondeando un poco el magret, quitando la grasa que sobresalga del contorno de la carne, que ya es más que suficiente y haciendo unos cortes en diagonal en la misma grasa sin llegar a la carne que permitirán que el calor llegue mejor al interior de la misma.
Ponemos una sartén a tope de fuego y cuando esté bien caliente, ponemos el magret por la parte de la grasa, sin aceite, ya que las toneladas de grasa que va a soltar el magret serán más que suficientes para la preparación. Salpimentamos y al hoyo.
Una vez en la sartén, lo mantenemos 5 minutos a fuego medio, incluso bajando si vemos que la cosa se nos va de manos y se nos tuesta mucho el magret. Cuando le demos la vuelta, lo pondremos 3 minutos por el otro lado; además, la grasa debería tener ya un aspecto pornográfico.

Pasados los 3 minutos, reservamos en una bandeja de horno ya que luego acabaremos con él allí.
Ahora partimos la endivia por la mitad y la ponemos en una sartén con la mantequilla a fuego medio. Salamos e iremos regando con el jugo que vaya soltando sobre sí misma durante 5 minutos.

Reservamos en la bandeja de horno junto con el magret y vamos a preparar la salsa, como Gloria Estefan.
Como veréis, en la sartén del magret, hay una piscina de grasa de pato. Vamos a dejar el equivalente a 2-3 cucharadas soperas y llevamos a fuego medio-bajo poniendo primero las cucharadas de miel y antes de que empiece a caramelizar, me refiero a unos segundos, no semanas, ponemos los zumos (para los que no os aclaréis con los gramos o no tengáis báscula, poned el equivalente de gramos en mililitros).
Movemos constantemente vigilando el fuego para no quemarla o quemaros vivas ya que cualquier azúcar, miel, sirope, almíbar al fuego te puede llegar al hueso si te toca la piel, y no es de coña! (se dice que la temperatura del caramelo es superior a la del interior del Monte del Destino en Mordor). Moviendo con las barillas, en unos minutos veremos como la salsa va reduciendo y espesando.
Si os fijáis en las paredes de la sartén, veréis como el líquido no cae de forma uniforme sino que hace como caminitos. Eso es porque ya tiene una densidad aproximada a la que queremos. Ahora ponemos los 20 gramos de mantequilla en dados para ligar la salsa, (que no quiere decir que te vayas al salsódromo a arrimar la cebolleta al cubano de turno y ligotear). Sacamos del fuego y removemos un poquito hasta que se incorpore bien (en unos 30 segundos lo tendremos).
Para acabar, con el horno a 180º, metemos el pato y las endivias durante 5 minutos para darle el último toque de calor y cocción.

Partimos el magret al gusto, en tiras o en taco (a mí me gusta en taco porque así no pierde tanto calor), presentamos encima de la endivia y salseamos al gusto también (yo recomiendo poner bien de salsa, aunque no quede tan noble, pero lo agradeceréis porque está de p*ta muerte!!).
Espero que lo disfrutéis, hamijos míos!
Queridas, queridos, a más ver!
Música para cocinar:
Tanto hablar de salsa, de cubanos, y pensando en lo bello que es vivir, no me queda otra opción que tirar por aquí con la música de hoy; que las penas se van cantando!
La vida es un carnaval – Celia Cruz