
Ingredientes:
- Dos lubinas separadas en lomos (en próximas entregas enseñaremos a limpiar pescado, pero todavía estamos en nivel tontito o ministro).
- 1 cebolleta tierna
- 1 mango maduro
- 2 cucharadas de pasta curry amarilla (la que pica muy muy poquito) o 2 de curry en polvo
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva
Cuando los niños preguntan a los padres ¿Papá, de donde vienen los niños?, los padres tendrían que responder que los niños vienen después de comer un plato así. Es de lo mejor que se me ha ocurrido en mucho tiempo después de escuchar algo parecido en la tele, pero sin tener claro con qué iba, ni qué pescado, ni la salsa, ni nada de nada. Es un plato ligero y barato, con un sabor nuevo (en la vida se me hubiera ocurrido cómo sabrían juntos un pescado al curry con una fruta como el mango), y no me extrañaría que la gente se pusiera a chuscar hablar como conejos después de comer una maravilla así. El plato lo merece; no le hagáis el feo.
Vamos a dejarnos de preliminares y vamos al acto impuro en sí.
Preparación.
Cortamos la cebolla en brunoise (cuadratitos pequeños) y la ponemos a fuego medio-alto con un pelín de aceite caliente y sal en una cazuela.
Pelamos el mango (la fruta; concentraos si os habéis venido arriba antes) y lo cortamos en dados de 1x1cm (macedonia se llama el corte). Cuando la cebolla esté transparentando (a los 5 minutos aprox de haberla puesto), ponemos el mango y echamos un poco de sal. Dejamos a fuego medio-alto durante unos 15-20 min, hasta que el mango esté reblandeciendo.
Cuando el mango se pueda chafar un poquito, añadimos las dos cucharadas de pasta de curry a la preparación y damos vueltas durante un par de minutos. Pasamos a un vaso batidor y lo trituramos con rabia durante un minuto o dos, como si tuviéramos a (Rellena este hueco con tu enemigo) delante. Veréis que queda una pasta muy densa. Incorporamos agua en un hilo muy fino hasta que quede una textura de crema gruesa. Volvemos a la cazuela, y damos un par de vueltas más.
Ahora calentamos una sartén antiadherente y ponemos unas gotas de aceite para hacer la lubina. Fuego fuerte, pero ¡cuidado que los pescados a la plancha son muy
hijos de puta gamberros y se os pueden pasar a la minima! Dejamos que se dore un poquito por la parte de la piel (la primera que pondremos) y damos la vuelta con sumo cuidado para no destruirlo.

Veréis que con dos minutos, tres a lo sumo, por cada lado ya lo tenemos. Emplatamos y a copular!!!
Las patatas de acompañamiento son confitadas, es decir, a fuego muy bajo, que casi no salgan burbujas, durante unos 45 minutos aprox. Las cortamos en gajos y las ponemos en aceite templado con unos granos de pimienta, sal y una hoja de laurel. Hacedlas antes de empezar a hacer el pescado, que se van haciendo solas, como las artistas que se hacen a sí mismas. Cuando pasen los 45, subimos a fuego fuerte para que se sellen y se doren un poquito.
Retirar a papel absorbente y ya estamos listos para gosar!!
Espero que lo disfrutéis.
Queridas, queridos, a más ver.
Música para cocinar:
Un comentario en “Lubina con salsa de mango y curry”