Ingredientes:
- 2 pechugas de
pollapollo - 250 gr. de kikos
- 220ml de leche
- 1 cucharada de curry
- 2 huevos
- sal y pimienta
- aceite de oliva en spray (sólo para ultrapijas como yo. Unas gotillas del de toda la vida también hacen su efecto).
Para la mermelada
- 2 pimientos rojos asados
- 40 gr. agua
- 40 gr. azúcar
- un trozo de corteza de limón
Lectores de mi coraçao, hoy vamos a tener una recetica bien divertida y bien rica. Si tenéis churumbeles, es un recetón para que los niños disfruten. Si sois como yo, que no tenéis, pero que sois como uno bien pequeñito, disfrutaréis como gorrinas en lodazal. Las pechugas están marinadas con leche y una cucharada de curry, pero si no tenéis, no queréis, sois alérgicos, sois un coñazo con los sabores, o sois del Ku klux Klan del curry, no lo pongáis y os ahorráis una hora de marinado y un disgusto. Lo guay de esta receta es que la vamos a preparar los fingers al horno, en vez de freírlo como suelen recomendar, por lo que lucharemos contra esas chichas que te salen cuando te sientas. Al lío.
Preparación.
Comenzamos con la mermelada de pimientos asados, que puedes comprar ya hechos si vas justo de tiempo, o asarlos tu mismo con tu método habitual (180º rociados con un poco de aceite y sal, unos 45 minutos, dándoles las vuelta a mitad del tiempo. Lo sé, es un puto coñazo).
Para la mermelada, vamos a empezar a hacer un almíbar TPT (tanto por tanto, lo que quiere decir que pondremos tanta agua como azúcar). Si no quieres complicarte con los pesos, pon un dedo de azúcar en un vaso y pásalo a un cazo, y luego un dedo de agua en el mismo vaso, y al cazo. Calentamos con una corteza de aceite hasta que hierva (cuidado porque es prácticamente caramelo y las quemaduras son la hostia de divertidas), y cuando lo haga, añadimos los pimientos cortados en brunoise (cubitos muy pequeñitos), o incluso triturados si no te gusta encontrarte trozos, y vamos removiendo a fuego lento hasta que reduzca el líquido y quede textura de mermelada (unos 20 minutos).


Mientras se enfría la mermelada, vamos con los fingers. Si has decidido marinarlos, lo mejor es que lo hagas antes de la mermelada, para aprovechar tiempos. Para marinarlos, filetea las pechugas con un centímetro de grosor y luego fileteas a lo largo haciéndolos de un par de centímetros de ancho o tres cm; a tu gusto.
Una vez listo, salpimenta e introduce en la leche con el curry (este paso te lo puedes saltar si vas con tiempo) y deja reposar en la nevera una horita.
Mientras se marina, o no, vamos a picar los kikos con la ayuda de la picadora o lo que tengas por ahí (mortero, martillo percutor, etc), pero sin que quede muy pequeño, que mola mucho encontrarse trocitos.
Ahora batimos los huevos, pasamos los fingers por ahí, empanamos con los kikos y vamos dejando en una bandeja de horno forrada con papel de aluminio mientras calentamos el horno a 180º arriba y abajo. Cuando los tengamos todos empanados, rociamos con el spray de aceite o si no tenéis, ponemos un hilillo muy fino por encima de los fingers. Metemos al horno y los cocinaremos en 20 min (10 minutos por una cara, sacar, dar la vuelta y otros 10).
Sacar, servir con la mermelada y alucinar en colorines. En vez de esta mermelada y el marinado, podemos hacer también la salsa de mango y curry que usábamos para esta receta de lubina , que estaba que te mueres, y quedan genial.
Pues nada, a disfrutar.
Queridas, queridos, a más ver.
Música para cocinar:
Atentos a la letra de esta canción. SOBERBIA! Gavilán, gavilán, gavilán, te llevaste mi polla gavilán, sin mi polla yo me muero..