Ingredientes:
- 1 coliflor
- 2 tomates
- 2 pepinos
- 1 pimiento rojo
- 20 hojas de menta (aprox; no te suidices si sólo tienes 17)
- 1 limón
- sal
- Frutos secos (pipas de calabaza, almendra cruda laminada, pasas, nueces..)
- comino
Bienvenidos de nuevo, queridos retoños pre-primaverales. La semana pasada, después de colgar la receta-reto de gratén de acelgas y tener un «écsito» arrollador, otra amiga me volvió a retar el viernes asumiendo que esto es el coño-La-Bernarda y que me voy a pasar el día haciendo retocetas (es el nombre mierder que se me ha ocurrido para reto-receta. Lo sé, soy un creador). Mi amiga Lola pedía una receta con coliflor y no me extrañó porque en el momento en el que me puse a pensar en la coliflor, empecé a destremparme venirme abajo a velocidad de vértigo. Realmente es la típica hortaliza que me trae recuerdos bastante chungos: todos conocemos el agradable olor que desprende la cocción de la coliflor (mal hecha, por cierto. Si se cuece correctamente, no debe oler). Además, no sé porqué oscuro motivo siempre que he comido la coliflor cocinada me ha parecido un ñordo sin gracia ninguna. En Inglaterra estuve alojado en una casa por una beca y esa familia preparaba una coliflor gratinada que luego bañaban con gravy (una salsa popurriosa de carne y verduras) y que me parecía de las peores cosas que llevarse a la boca en esta vida.
Analizados todos los traumas acepté el reto y después de un rato me vino a la cabeza haber visto en algún programa tipo Monster Chef o similar que alguien usaba la coliflor para hacer cuscús con ella. Mirando en la red encontré varios ejemplos, entre ellos en El Comidista, que explicaba que esta historia se le ocurrió a Ferrán Adrià en una de sus idas de olla habituales. Pensé en recetas que llevaran cuscús y que ayudaran a no convertirnos en las personas-más-obesas-de-Europa, ahora que tenemos ya el verano cerca y por todos tenemos que sacar nuestras chichas al aire, ya sea en la playa, en el supermercado, en el H&M, en las alcantarillas o subidos en la barra del bar cuando te vas a marcar un bar-Coyote y te tiras un cubo de hielos por encima de los pezones.
No es receta de Cocina para Infantas, pero no es nada complicada; lo que pasa es que es entretenida. Así que vamos a dejarnos de mamonadas y al tema.
Preparación.
Lavamos bien la coliflor y cortamos la base de la coliflor acercándonos lo máximo posible a las florecitas para quitar bien el tronco y las hojas.
Ahora sacamos cada ramillete y repetimos la operación con sus tronquitos, dejando sólo la parte de las flores (qué bonita es la flor de la coliflor, oye. Si me casara de blanco con mi velo de 19 metros y tal, llevaría sin lugar a dudas una coliflor a modo de ramo. Risas aseguradas en el momento de lanzarlo hacia atrás para encontrar a la siguiente afortunada). Guarda los troncos que retires para una cremita de verduras.
Ahora vamos a poner varios ramilletes en el típico cacharro picador que traen algunas batidoras y trituramos durante 5-6 segundos (más que suficiente). Si no tienes este cacharro, lo siento amiga, vas a tener que picar a mano durante un ratito. Otra opción antes de que te tires de un puente, es rallar la coliflor, aunque esta opción no es tan resultona como picado con la batidora o a mano.

Mientras haces todo esto, pon una olla con agua a hervir, y cuando arranque a hervir pon una cucharada bien maja de mantequilla, el zumo de medio limón, y una cucharada sopera de sal en el agua. Ahora vamos a escaldar durante 30 segundos la coliflor en el agua. Pasado el medio minuto, sacamos a un colador y pasamos agua fría por encima para cortar la cocción de la coliflor y reservamos.
Aprovecha el agua hirviendo para escaldar los tomates. Haz una cruz en la piel del culete y mételos durante 30 segundos también. Sacamos a agua fría y pelamos. Ahora los partimos en cuatro, retiramos las pepitas y el tabique central (tiene que quedar como un pétalo, más o menos) y cortamos en dados muy pequeños (como de 0,5×0,5 cm aprox).
Hacemos lo mismo con el pimiento. Lavamos bien todos los pesticidas mortales de la piel, quitamos el tallo, lavamos bien el interior para evitar encontrarnos con algún habitante inesperado y quitamos con un cuchillo las fibras blancas del interior, que amargan bastante. Una vez limpio, cortamos en tiras muy finas y luego en daditos (este corte es brunoise, como os he explicado unos 14 millones de veces, pero tranquilos, que a mí no me importa gastar mi vida en volver a explicarlo tantas veces como haga falta). Reservamos junto con el tomate.
Pelamos el pepino (por favor, calmaos), lo partimos por la mitad y con una cucharilla rascamos la parte interna para eliminar las pepitas, que son la parte indigesta del pepino.
Cortamos en brunoise también (tiras y luego dados, por si estáis un poco infantas esta mañana) y unimos con el resto de la preparación. Picamos las hojas de menta (lávalas también, que seguro que llevan de todo…) y las ponemos también con la verdura picadita.
Para acabar, echamos el cuscús de coliflor, los frutos secos, el zumo de medio limón, sal y comino y removemos bien.
Y ya está queridas, ya tenéis vuestra recetica lista. Realmente con la sal, el comino y el limón, no hace falta ponerle más historias, ni aceite, ni leches, con lo que tenemos una receta muy sabrosa y más ligera que el copón.
A combatir esas lorzas! Espero que lo disfrutéis.
Queridas, queridos, a más ver.
Música para cocinar:
Para tí, Lola! 😉
Lolaila Carmona – Napoleón Solo
Un comentario en “Tabulé con cuscús de coliflor”