Tosta de sardinas marinadas con tomate

Ingredientes para 4 tostas:

Para las sardinas

4 sardinas
350 gr. de agua
150 gr. de vinagre de jerez
35 gr. de sal

Para el tomate

1 bote de tomate entero pelado
1 cebolla tierna
1 guindilla
AOVE
Tomillo fresco o alguna especia del estilo

Montaje

4 rebanadas de pan
Reducción de vinagre de jerez

Esta receta de Ángel León, el ilustre gaditano Chef del Mar, es de lo más fácil del mundo y además de sana, tiene un sabor más rico que el copón. A la par que sana es ligera, por lo que va a quedar incluida en otro de los menús de San Valentín, aunque como os he dicho con otras recetas, ¡si os apetece en otro momento que no sea San Ñoñi, podéis hacerlas cuando os salga del potorro! El resultado final de esta receta es parecido al de los boquerones en vinagre, pero más grandes y muy muy sabroso. Originalmente llevaba ajo, pero lo obvié pensando en que la cena debería acabar con uno de esos besos apasionados que tanto nos gustan.

Bésame ladrón, que me robaste el corasón.

Preparación.

Empezamos sacando los filetes de la sardina. Para ello tenemos que hacer un corte desde la línea del cuello en diagonal hacia el morro y luego girar el cuchillo siguiendo en linea recta hasta el final de la cola, con cuidado de no coger espinas. En las siguientes fotos lo veréis mejor:

Aquí metemos el cuchillo medio centímetro aprox.

Ahora giramos el cuchillo y vamos en linea recta hasta la cola.

Ahora cortamos la parte de la barriga que se ve más blanquita porque es donde está la grasa y es la parte que vamos a poner en el sofrito de tomate.

Ahora ponemos en un plato hondo o en un recipiente hondo no metálico el agua, el vinagre y la sal. Mezclamos bien, ponemos los lomos de sardina boca arriba y dejamos en la nevera durante 2 horas exactas.

Mientras tanto, vamos a hacer el sofrito. Picamos en daditos muy pequeños la cebolla y la ponemos en la sartén a fuego medio alto. A los 5 minutos, ponemos cuatro tomates de lata despepitados y cortados también pequeñitos, la guindilla y la hierba que queráis para darle olor al sofrito. Dejamos a fuego bajo durante 2 horas, removiendo muy de vez en cuando. Fuego muy muy bajo, que tiene que caramelizar solo.

Mientras tanto, ponemos en un cazo una o dos cucharadas de azúcar y cuando empiece a derretirse, ponemos una botella de vinagre de jerez (250 ml aprox) y dejamos a fuego lento que vaya reduciendo hasta que tenga textura de caramelo más o menos. No hace falta que gastéis todo lo que saldrá, so brutos. Se puede guardar en un biberón para otras ocasiones.

Después de dos horas, este es el aspecto que debería tener vuestro marinado:

Escurrimos el líquido y las ponemos en una fiambrera con la piel hacia abajo y cubrimos con aceite de girasol.

Pasadas las dos interminables horas, sacamos las rebanadas de pan y las cuadramos antes de meterlas en el horno precalentado a 180º durante 5-8 minutos, o hasta que lo veamos dorado.

Para acabar, ponemos una base de tomate en el pan, dos lomos de sardina, decoramos con la reducción de vinagre de jerez y ¡a gosar!